domingo, 13 de octubre de 2013

CREER SIN AGRADECER

El relato comienza narrando la curación de un grupo de diez leprosos en las cercanías de Samaría.
Lucas no se detiene en los detalles de la curación, sino en la reacción de uno de los leprosos al verse curado. El evangelista describe cuidadosamente todos sus pasos, pues quiere sacudir la fe rutinaria de no pocos cristianos. Jesús ha pedido a los leprosos que se presenten a los sacerdotes para obtener la autorización que los permita integrarse en la sociedad.

Uno de ellos, de origen samaritano, al ver que está curado, en vez de ir a los sacerdotes, se vuelve para buscar a Jesús. Siente que para él comienza una vida nueva. En adelante, todo será diferente: podrá vivir de manera más digna y dichosa. Sabe a quién se lo debe. Vuelve "alabando a Dios a grandes gritos". Sabe que la fuerza salvadora de Jesús solo puede tener su origen en Dios.

Ahora siente algo nuevo por ese Padre Bueno del que habla. Al encontrarse con Jesús, "se echa a sus pies dándole gracias". Sabe que Jesús es su único Salvador. Por eso está aquí junto a Él dándole gracias.

Al concluir el relato, Jesús toma la palabra y hace tres preguntas expresando sus sorpresa y tristeza. Los otros nueve, ¿dónde están? ¿No han quedado limpios los diez?¿Por qué no reconocen lo que han recibido de Jesús?¿Por qué hay tantos cristianos que viven sin dar gracias a Dios casi nunca?¿No significa nada nuevo para ellos? No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios.

¿Por qué hay tantas personas alejadas de la práctica religiosa que sienten verdadera admiración y agradecimiento hacia Jesús, mientras algunos cristianos no sienten nada especial por Él?

Una fe que no genera alegría y agradecimiento es una fe enferma.


No hay comentarios:

Publicar un comentario