NUESTRA PARROQUIA IV

En esta IV parte de nuestra historia, queremos destacar el testimonio de las religiosas Siervas del Evangelio, que dice así: 

En la génesis de la parroquia de San Gabriel de la Dolorosa de Madrid es justo empezar por los años 1950 o poco después, cuando los señores de las conferencias de San Vicente de Paul, al frente de su presidente, Marqués de Albayda, movido por su fe practicada y su amor al prójimo, al conocer el trabajo apostólico de las religiosas Siervas del Evangelio, les pidió una fundación en Valdevivar para que, de forma estable, atendieran a los pobres que allí vivían y que se iban incrementando, construyendo sus propias chabolas; atendiendo no solo sus necesidades materiales, sino también las espirituales. 

Cuando llegaron las religiosas, aún no había parroquia y los sacerdotes que las atendían a ellas, también atendieron los servicios que les pedía la gente. Los sacerdotes y las religiosas hicieron todo lo posible para mejorar las condiciones de vida de aquellos: hablando con las autoridades para llevar el agua, la luz y medios de transporte. Cuando se erigió la parroquia, el “terreno” espiritual ya estaba preparado y desde el principio, las religiosas fueron siempre un apoyo, una ayuda incondicional y una colaboración con los sacerdotes que fueron pasando; siempre alegres y disponibles en un trabajo social, en el ornato del templo, misiones, la catequesis, el colegio, la atención a tanta gente en ausencia del párroco. 

No había iglesia, por lo que se habilitó lo que era el salón de actos de las religiosas, y esa fue la parroquia improvisada, pero que dio calor de familia religiosa a todos los fieles, tanto a los más humildes del barrio como a las personas más acomodadas, que empezaron a vivir en las torres que se iban construyendo.

“Todos se hicieron familia”, gracias a la labor evangelizadora que supieron hacer los párrocos pasionistas y las religiosas. Se estuvo trabajando, hasta que se hizo la parroquia nueva. La vivienda de las religiosas quedo inhabitable por su deterioro, y con gran pena tuvieron que dejar la parroquia, pero siempre está en el corazón de las Siervas, esta porción de la Iglesia de Madrid.