domingo, 5 de mayo de 2013

El deseo de Jesús


 VI Domingo de Pascua 
05 de Mayo

Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Los ve tristes y acobardados. Saben que están viviendo las últimas horas con su Maestro. Jesús quiere infundirles ánimo. Su primer deseo es que no se olviden de la Buena Noticia de Dios. Que sus seguidores mantengan siempre vivo el recuerdo del proyecto humanizador del Padre: ese “reino de Dios” del que les ha hablado tanto. Si le aman, esto es lo primero que han de cuidar: “el que me ama, guardará mi palabra...el que no me ama, no la guardará”. 

El Padre os enviará un Defensor. No quiere que se queden huérfanos. No sentirán su ausencia. Les enviará el Espíritu Santo que los defenderá del riesgo de desviarse de Él. Les “enseñará” a comprender mejor todo lo que les ha enseñado. Les ayudará a profundizar cada vez más su Buena Noticia. Les “recordará” lo que le han escuchado. Los educará en su estilo de vida. Jesús quiere que vivan con la misma paz que han podido ver en Él, fruto de su unión íntima con el Padre. Les regala su paz. Esa es la paz que han de contagiar siempre que lleguen a un lugar. Es lo primero que difundirán al anunciar el reino de Dios para abrir caminos a un mundo más sano y justo.

Nunca han de perder esa paz. Jesús insiste: “Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde”. Después de veinte siglos, ¿por qué nos paraliza el miedo al futuro? ¿Por qué tanto recelo ante la sociedad moderna? Hay mucha gente que tiene hambre de Jesús. El Papa Francisco es un regalo de Dios. Todo nos está invitando a caminar hacia una Iglesia más fiel a Jesús y a su Evangelio. No podemos quedarnos pasivos ante esta invitación.